jueves, 17 de octubre de 2013

Sangrado de implantación

Hoy voy a hablar de mi experiencia con el “sangrado de implantación”, ese ligero sangrado que se produce en el momento de la implantación y que no en todos los embarazos aparece. Una mujer que en uno de sus embarazos lo presenta, en el siguiente puede no tenerlo y viceversa. Y no os voy a soltar más rollo porque para eso hay algunas páginas maravillosas en las que lo explican a la perfección.

Pues bien, esto es lo que me ha sucedido a mí. Cuando mis dos angelitos se implantaron estuve manchando como unos 4-5 días, no llegaba a manchar la ropa interior, sólo lo veía al limpiarme en el baño. Claro, el día que apareció yo ya me desilusioné, pensé que era de nuevo la regla, ya que desde que iniciamos la búsqueda mis ciclos se volvieron aún más regulares y siempre, un día o día y medio antes de que me bajara, empezaba a manchar marroncillo. Esa noche, como ya di por supuesto que me iba a bajar la regla, pues me tomé unas cuantas copillas, ya sabéis, por eso de ahogar las penas... Pero los días pasaron, la regla no bajaba y el manchado cada vez era más tenue. Claro, eso despertó mis alarmas y el quinto día fui como alma que lleva al diablo a la farmacia a por un test. Estuve toooda la tarde reteniendo la orina y cuando llegué a casa descargué todo en el test y nuestro ansiado positivo no tardó en salir. Aunque la alegría durara sólo hasta las 12 semanas...

Sin embargo, cuando “bollito” se ha implantado lo ha hecho sin dejar huella. Esta vez la única sospecha de embarazo era “haber aprovechado los días de carita sonriente”. Sí, ningún síntoma, ningún sangrado, nada... Bueno, creo que tenía la misma sensación extraña en el cuerpo que la primera vez, pero no sé explicar qué era. Simplemente me sentía rara y como después del aborto los ciclos se me quedaron algo locos, cuando mi cabeza no aguantó más a mi rareza, me hice el test que os enseñé la semana pasada.

Yo este mes no esperaba el positivo, de hecho me hice el test con la intención de ir a mi médico a comentarle lo irregular de mis ciclos a raíz de la pérdida. Y no lo esperaba porque no había tenido el sangrado de implantación como la primera vez. Dicen que las comparaciones son odiosas pero no sé... puede que no encontrarme con los mismos síntomas que la primera vez sea la señal de que éste si es nuestro momento de ser padres, puede que sea la señal de que pronto nos comeremos a besos a nuestro “bollito”.

jueves, 10 de octubre de 2013

POSITIVOOOOOOO!!!!!!!




¡No me lo puedo creer! Os dije que pronto os cantaría el positivo, pero no imaginé ¡que fuera este mes! Madre mía, tengo tantas ideas rondando por la cabeza... ¡y todas tan desordenadas!

Lo primero que hice al ver el test fue dar saltos de alegría y reir sin parar, pero al minuto mi cabeza se nubló con la sombra del recuerdo y como una tonta me eché a llorar... El recuerdo es tan amargo que no me deja disfrutar de este momento como se merece, mis dos angelitos siguen y seguirán siempre en mi corazón.

Pero ahora es el momento de pensar en el "bollito" (creo que así se llamará en la blogosfera) que se está horneando dentro de mí. Intento borrar cualquier temor, cualquier duda, cualquier pensamiento negativo para que mi "bollito" esté en perfectas condiciones. Y aunque es pronto, ya he empezado a tener algunos síntomas, contrarios a los del embarazo anterior por cierto. Con mis angelitos desde el día 0 tenía un estreñimiento brutal y sin embargo ahora me pasa todo lo contrario, cosa que me pone muy nerviosa porque eso me pasa también cuando estoy a las puertas de la regla y me paso el día en el baño mirando comprobando que no está ahí. Otra cosa que con mis angelitos me pasó y que ahora no, ha sido el famoso "sangrado de implantación" (ya os hablaré de ello en otra entrada). Así que espero que siga así la cosa para no recordar aún más la pérdida, embarazo nuevo - síntomas nuevos.

Pues hasta aquí os cuento hoy después de haber sacado un ratito para gritar la noticia a bombo y platillo.


martes, 8 de octubre de 2013

Mi relación con el Universo.

Como os prometí, hoy os voy a contar los “tira y afloja” que nos traemos el Universo y yo. Desde que tengo uso de razón el universo ha estado pateándome el trasero continuamente, dificultando cualquier plan de futuro que tuviera (o de presente... de niños ya se sabe!). Por su culpa no pude planificar como yo hubiera querido mis estudios, ni mi futura casa, ni mis trabajos, ni un largo etcétera. Sí es cierto que con el tiempo yo le sacudí varios reveses, consiguiendo cosas mejores que las que pretendía en los primeros intentos.

Pero yo no veía al Universo como enemigo... No hasta el año pasado, cuando decidimos comenzar la búsqueda del bebé, momento en que yo ya empecé a verlo de otra forma... Pasaban los meses y nada, todo el mundo alrededor lo conseguía (“sí, ha sido a la primera”, aaarrrggg) y eso poco a poco me fue minando, me quitó la alegría, lo que más deseábamos no llegaba. ¿Cómo iba yo a conseguir algo a la primera? Imposible...

El mes que llegó el positivo (10 meses después) todo esto se olvidó, yo perdoné al Universo, pero él es rencoroso y más tarde se vengó quitándome lo que más quería, a mis dos angelitos. Pero no se conformó con eso, noooo. Lo preparó todo para que el equipo médico que me atendió tampoco consiguiera nada a la primera. Un mes más tarde tuve que volver a que me extirparan un pólipo placentario. Sí amig@s, no me hicieron legrado y los restos que quedaron se convirtieron en un pólipo sangrante. ¿Cómo me iba yo a quedar bien a la primera? Imposible...

Tras esta “experienciademierda” nos volvimos a poner manos a la obra y.... ¿Cómo iba yo a quedarme a la primera? Imposible... ¡Pero! Este mes estoy provocando al destino, intentando maniobras de distracción... Me compré un lote de ibéricos (prohibidísimos, no he pasado la toxoplasmosis), me he tomado mis cubatillas, en fin, me he relajado un poco (claro está, sin abusar demasiado) y ahora os lo cuento confiando en que el Universo esté un poco despistadillo (aunque si no lo lee aquí lo leerá en mi cabeza).

Mi vida no ha sido fácil del todo, aunque tampoco la considero traumática, pero nunca me he venido abajo, aunque he de reconocer que estuve a punto después del aborto. No encontraba la salida y me faltó muy poco para dejar de buscarla, pero tengo a mi lado a una persona maravillosa que no me dejó caer y que me ayuda a diario en la batalla contra el Universo. Aún hoy tengo mis momentos de angustia, pero yo creo que cualquier persona que haya pasado por un aborto los tiene, al fin y al cabo es una vida (o dos, como es mi caso) que se llevaba dentro y que se acaba, dejándote un vacío que no se va a llenar nunca.

Sólo espero que sea éste el mes en que pueda gritar que hay una nueva vida gestándose dentro de mí y darle así un “zas en toda la boca” a este Universo mamón que tanto se ríe de mí.

jueves, 3 de octubre de 2013

Os pongo en antecedentes...

Hola a todos!

Esta es mi primera experiencia en esto de los blog y admito que no sé muy bien por dónde empezar...

Os pondré en antecedentes: desde mayo de 2012, mi pareja y yo andamos en busca de la ampliación familiar. Sí, ya sé que esto ya está muy visto por internet, parejas que tardan la vida en embarazarse, llegando incluso a recurrir a métodos artificiales, pero es que necesito un sitio donde poder desahogarme y gritar en silencio, un sitio donde la gente que se anime a entrar no sea condescendiente y no me suelte frases como “no te preocupes, ya vendrá, ¡si sois muy jóvenes!”.

Bueno, que me lío, pues eso, después de 10 laaaaargos meses conseguimos nuestro tan esperado positivo. Dejamos a toda la familia boquiabierta, nadie sabía que andábamos buscándolo. Yo empecé a recibir toda clase de mimos, sobre todo de mi madre (¡menú a la carta y todo!) y me sentía en una nube, parecía idiota, todo el día con la sonrisa en la boca (menos cuando la progesterona me subía la “malaostia”).

Mi marido el pobre tuvo que aguantarme muchos días de mal humor, otros tantos de apatía y ¡¡casi todos de bella durmiente!! Mucha gente me decía que era un poco exagerado lo que dormía, pero era increíble el sueño que tenía. Todo esto se mantuvo hasta que llegó el tan esperado día de la ecografía de las 12 semanas. Yo iba en el coche pensando ya en el pijamita que iba a comprar nada más salir de la consulta para celebrarlo oficialmente sin saber que un rato más tarde me darían la segunda peor noticia de mi vida, además de resolver el misterio de tanto sueño.

Después de las consabidas esperas en la seguridad social por megafonía se oyó mi nombre y los dos con nuestra sonrisilla nerviosa nos plantamos delante de la ginecóloga. Tras comentarnos que los análisis estaban dentro de la normalidad, paso al ecógrafo y después de un interminable rato observando cómo la tía ponía caras extrañas, se alejaba del monitor, se acercaba, volvía a fruncir el ceño, etc., nos da la noticia de que son ¡dos bebés! (ahora entiendo por qué estaba tan cansada, ¡me tenían absorbida entre los dos!). Yo no sabía si reir, llorar, gritar, callar. En fin, la noticia no me terminó de gustar, pero ahí estaban mis dos angelitos y al momento ya los quería con el alma. "Peeero....." ¿Cómo que pero? ¿Pasa algo? ¿Están bien? “Uno sí, pero el otro....” ¿El otro? ¿Qué le pasa? Pues parecía que algo no iba bien en el otro bebé, tenía el pliegue nucal muy aumentado y algún problema en el corazón.

Nos dieron cita para la consulta de alto riesgo una semana después, a la que acudimos tras haber repetido la analítica, pues también dudaban con el tiempo de gestación, al ser uno de los bebés un poco más pequeño que el otro. Fue en esta consulta donde me dieron la peor noticia de mi vida: “no hay latido en ninguno de los dos fetos”. Aquí por poco dejo de tener latido yo misma. En una semana habíamos pasado de un bebé a dos y de dos a ninguno.

Al día siguiente ingresé para “parir” a mis angelitos. Y digo parir porque me dilataron para que salieran por sí solos y así poder analizarlos enteros. Resultado de anatomía patologíca: ¡¡ninguno de los dos fetos tenía malformaciones!! Entonces... ¿qué es lo que vieron en la primera ecografía? ¿Para qué me dieron ese tremendo disgusto por el que, estoy casi segura, se pararon esos dos corazoncitos? En fin.....

Bueno, pues a día de hoy estamos de nuevo manos a la obra. Tenía pensado abrir el blog cuando cantase el positivo, pero es que no puedo aguantar la espera. Esperar al positivo ya me parece demasiado ¡¡como para también esperar por otras cosas!! (por cierto, en breve os cantaré el positivo, ¡lo sé!).

A estas alturas supongo que ya habréis descifrado el significado del nombre del blog “donde caben dos...”. A parte de que estaremos encantadísimos de aumentar la familia y así dejar de ser dos en casa, donde se alojaron dos (dentro de mí) se puede volver a alojar uno, dos o los que vengan, porque igual que en su día la noticia de dos me sentó como un jarro de agua fría, ahora lo único que quiero es que lo que tenga que venir, que venga sano y que ni sufra ni nos vuelva a hacer sufrir como lo hicimos hace ya cuatro meses....

Otro día os contaré cómo estoy intentando dar esquinazo a este universo que tanta manía me tiene.