viernes, 28 de noviembre de 2014

A un beso de distancia...

Tras unos mesecitos porteando a bollito me he decidido a escribir esta entrada para animar a todos los padres ha practicar el porteo de sus bebés. Y es que llevar a tu retoño a un beso de distancia es lo mejor que puede haber.

Cuando comenzamos a portear a bollito más en serio (cuando terminaron los calores del verano) a ella no le hacía demasiada gracia aquello, pues venía acostumbrada a su carrito, pero no hicieron falta más de dos salidas para que se acomodara en su mochila (ahora la prefiere al carro). Porteando a bollito nos hemos dado cuenta de que está mucho más tranquila, sigue teniendo muy mala leche pero, en general, se ha suavizado mucho. Yo me atrevo a decir que mi niña ahora es más feliz.

No es por hacer publicidad, pero voy a hablar de la mochila que utilizamos, la Emeibaby. Antes de elegir mochila me estuve informando sobre los tipos que hay, los precios, opiniones, para que rango de edad/peso son... Hay todo un mundo alrededor del porteo. Lo primero con lo que me topé fue con la ergonomía, algo que nunca me había planteado al pensar en las mochilas portabebés y lo importante que es una buena posición de las piernas del bebé porteado, con las rodillas más altas que el culete, de forma que se quede sentado en lugar de colgado en la zona de la pelvis.

Lo segundo que me planteé es qué quería usar, pues hay una gran variedad, desde fulares a mochilas pasando por mei tai, bandoleras... Yo no he sido nunca gran amiga de los nudos y me da mucho respeto que se me suelte durante el porteo así que tenía claro que quería una mochila. Además tenía que pensar también en el papa, que le gustan menos que a mí los nudos y no es muy habilidoso manejando "trapos" (la simple tarea de doblar la ropa le cuesta :-) ), así que confirmado, nos decantamos por una mochila.

Y... ¿cuál es la que más se adapta a nuestras necesidades? Una mochila que se pueda utilizar desde el nacimiento hasta el final del porteo, que sea fácil de adaptar a diferentes porteadores y que sea fresquita. Y todo esto nos lleva a nuestra mochila, la Emeibaby. La verdad es que estamos encantados con ella, más de lo que esperábamos. La usamos a diario, nos resulta comodísima a pesar del peso de bollito, que ya ha superado los 10kg y ella va encantadísima, desde su mochila controla todo y cuando se cansa, apoya su cabecita en nuestro pecho y a dormir! Lo único que todavía no he probado es a darle el pecho, no tengo ropa que me permita un fácil acceso a la teti con la mochila puesta.

Y vosotros? Sois practicantes del porteo? Disfrutais de llevas a vuestros bebés a un beso de distancia?

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Mi forma de entender la crianza

Hoy quiero hablar de mi forma de ver la crianza y a qué se debe que la vea así. Y necesito hacerlo aquí, donde no voy a recibir ninguna mirada de "tú misma, malcría a tu hija", ni comentarios del estilo "no le acostumbres a..." de forma gratuita. Y es que hemos apostado por una crianza natural, con apego y muchos, muchos brazos; al menos mientras nos duren, porque aguantar los casi 10kg de bollito va costando ¡y sólo son 5 meses y medio!

Antes de plantearme ser madre veía la maternidad como algo muy mecánico. Entendía que cada bebé es un mundo, pero creía que no podía ser tan diferente uno de otro y que para cada edad había unas pautas a seguir que si bien no eran infalibles, facilitaban mucho la tarea de ser madre. Además de todo esto, también era de las que pensaba, pero por educación no decía(cada uno hace con sus hijos lo que mejor le parece), eso de "tú acostúmbrale...". Vamos, que donde dije digo, digo Diego.

Una vez que nos pusimos manos a la obra, mi forma de verlo no cambió demasiado, pero el tiempo fue pasando, yo fui recopilando todo tipo de información por internet, tanto de reproducción, como de embarazo y crianza y fui modificando mi forma de pensar. El hecho de tardar tanto en conseguir embarazo (esto no lo he comentado en el blog, pero mi primer embarazo llegó una semana antes de mi primera cita en la consulta de infertilidad) y la posterior pérdida de mis angelitos fue lo que hizo que definitivamente me diera cuenta de que lo mejor que le podía dar a mi bebé es ese tipo de crianza y lo más importante, para mí también está siendo lo mejor, ayudándome a cicatrizar las heridas abiertas en el proceso.

Creo que una madre y su bebé deben vivir en una simbiosis perfecta.De esta forma, si mi bollito necesita a su madre para dormir, pues ahí estaré hasta que ella aprenda a dormir solita, no voy a recurrir al camino "fácil" de dejarle llorar hasta que se duerma (entre comillas, porque hay que tener mucho estómago para soportarlo, yo ni me lo planteo). Si ella necesita el calorcito humano para estar tranquila, ¿por qué se lo vamos a negar? ¿Acaso no buscamos nosotros también reconfortarnos en los brazos de un ser querido? Vamos, que lo que no quiero para mí, mucho menos lo quiero para mi niña, aunque claro está que aquí no hablo de los momentos en los que sí o sí se tiene que esperar, como cuando hago la comida o las tareas de casa, que hay que ser razonables ;p Esto no quita para que en muchas ocasiones yo me desespere y me cabree, pero rápido se me pasa, ya se encarga ella con una sonrisa de que sea así, la muy pájara!

Aparte de que yo haya decidido criar así a mi bollito, también ella tiene mucho que ver en esto, pues nos va marcando los ritmos con ese carácter tan fuerte que tiene, no vale cualquier cosa con ella. Y también me facilita mucho las cosas el hecho de estar sin trabajo, pues no dependo de horarios y puedo flexibilizar mucho las rutinas, adaptándome a sus ritmos. Al fin y al cabo, si no me sacrifico por mi hija, ¿por quién lo voy a hacer?

Y vosotr@s, ¿cómo afrontáis esto de la crianza?