lunes, 21 de noviembre de 2016

Salvaje y respetado. El parto de saladito.

He tenido que sacar un ratito para contaros como fue el parto de saladito porque miro a mi pequeño y veo que el tiempo pasa a una velocidad de vértigo y no quiero dejarme nada sin contar, pues tengo miedo de olvidar algún detalle de ese momento tan intenso que viví. Y es que fue un momento tan salvaje... Lo mismo que el parto de bollito, aunque fue muy bueno también, fue muy dirigido por la saturación que había, esta vez ha sido un momento muy íntimo, con la mínima intervención por parte de los sanitarios y totalmente respetado.

El día que me puse de parto yo no sabía que realmente estaba de parto. Después de tres largas semanas de pródromos, todas esas contracciones que sentía aquel día eran otras de tantas y como no dolían, pues no les di demasiada importancia. Esa tarde tenía consulta con mi ginecóloga y para allá que me fui, con el pensamiento puesto en una posible inducción (que por cierto tenía prevista para un par de días más tarde). Pero para mi sorpresa, cuando pasé a que me explorara, me sorprendió enviándome para el hospital porque tenía ya una dilatación de ¡¡4cm!! ¡Y yo sin enterarme de que saladito ya quería salir! Como con bollito las contracciones fueron tan dolorosas desde casi el principio... Me practicó (con mi consentimiento) la maniobra de Hamilton para animar un poco el asunto, me preparó los papeles a entregar en en hospital y me deseó que todo fuera bien.

Como a mí no me dolía nada, una vez que llegamos a la zona del hospital, decidimos que era un buen momento para merendar algo y después dar un paseo. Nos alargamos hasta las 21:00 más o menos. A esa hora decidimos pasar porque ya hacía frío para andar por la calle. Las contracciones ya iban empezando a doler, pero nada alarmante. Pasé a exploración, dilatación de 5cm y en monitores dinámica uterina positiva.

A las 22:00 entré en paritorio y allí se presentó la que sería la matrona que me atendió en el parto, S. Un encanto de persona que respetó en todo momento mis decisiones y me animó a hacer las cosas como fuera sintiendo. Una vez hechas las presentaciones, me preguntó si quería epidural, yo le dije que de momento esperaría, no me dolía aún. Como quería poder moverme por el paritorio, me colocó un monitor inalámbrico y me dijo que nos dejaría solos un par de horitas y pasado ese tiempo pasaría a ver como iba la dilatación. Si la cosa avanzaba, seguiríamos así y si se mantenía o avanzaba muy despacio, barajaríamos opciones. Durante esas dos horas las contracciones fueron aumentando en intensidad y frecuencia, hasta que, un poco antes de cumplirse tuve que llamar pidiendo que me explorara, el dolor era ya considerable y si aquello tenía pinta de alargarse en el tiempo, tenía clarísimo que pediría la epidural. Al llegar S. me preguntó que si tenía ganas de empujar. Yo no tenía muy claro si las tenía o no (con bollito, como tenía epidural, no sentí nada), pero cada vez que venía una contracción, si apretaba la tripa, notaba un gran alivio y así se lo dije. Me exploró y, efectivamente, estaba en dilatación completa.

S. me ofreció colocarme en la posición en la que estuviera más cómoda, pero yo no sabía como ponerme. Me levanté de la camilla entre contracción y contracción y cuando iba a pedir que me prepararan la cama para ponerme a cuatro patas se me bloqueó el cuerpo por el dolor y ahí me quedé, de pie, con las manos apoyadas en la cama y empujando para que mi pequeño pudiera salir. Mi marido, desde el otro lado de la cama me dio su mano para que me agarrara, la enfermera bajó la luz (cosa que alivió mucho el dolor, se respiraba tranquilidad allí), la matrona se colocó a mis pies y entre los tres me dieron ánimos para sobrellevar el momento. Fue una media hora muy dura, en la que hubo momentos en los que pensé que no podría, que quien me mandaría a mí hacerme la valiente y no querer la epidural, que me partiría en dos... Todos estos pensamientos los verbalicé y los allí presentes pasaron un buen rato después recordándomelo. Tras esa media hora mi pequeño asomó la cabeza a lo bestia, provocando un desgarro. S. me decía que no empujara, pero es que yo no estaba empujando, en ese momento estaba cogiendo aire, fue mi polluelo el que hizo parte del trabajo. Después de eso vino el último empujón y salió su "cuerposerrano", me lo pasaron entre las piernas y lo cogí, lo olí, lo abracé mientras la matrona y el papi le secaban un poquito para que no se me resbalara. Me tumbé en la cama y lo mantuvieron conectado a mí hasta que el cordón dejó de latir. S. se dispuso a coser el desgarro y una vez terminada la sesión de costura nos dejaron a los tres solitos, haciendo el piel con piel y conociéndonos. Esta vez si he podido disfrutar de este momento, además nos dejaron un poquito más de las dos horas estipuladas. Me he podido quitar el mal sabor de boca por no haberlo podido disfrutar con bollito.

Una vez pasado el piel con piel, la matrona regresó acompañada de la enfermera y pasaron a saladito a pesar y a vestir. 4 kg y medio de niño al que al final solo pusieron un pañal y me lo metieron dentro del camisón para seguir pegaditos compartiendo calor. A mí me ayudaron a incorporarme y fui al baño (¡qué maravilla no haber recurrido a la epidural, esto no lo podría haber hecho!). Una vez hecho esto, trajeron una cama, saladito y yo nos acomodamos en ella y nos llevaron a nuestra habitación a descansar después del duro trabajo que realizamos.

Desde aquí, aunque no llegue a leerlo nunca, quiero dar las gracias a mi marido, ese gran compañero que, una vez más, supo estar a la altura en un momento tan delicado. Aunque pareciera que estaba como mero observador, el hecho de dejarme hacer sin decir nada (con bollito, como tuve epidural, me ayudó a empujar indicando cuando venía la contracción a través del monitor), darme su mano cuando más la necesitaba y ponerle un poquito de humor al dolor, le convirtieron en parte activa del proceso. Sin el no sé como hubiera podido sacar la fuerza que saqué, porque hubo momentos en los que realmente pensé que caía redonda al suelo. Gracias por permitirme vivir de nuevo esta experiencia y estar ahí ayudándome con ello!

También quiero agradecer a S. el haberme brindado la oportunidad de disfrutar del parto que siempre imaginé, el haberme consultado en todo momento y haber respetado mis decisiones sin intentar cambiarlas por ahorrarse ella algo de trabajo. S., gracias por la tranquilidad y confianza que me diste, sin ellas no hubiera podido tener a saladito así de bien, pues ya sabemos que los nervios no ayudan en estos casos. Gracias por permitirme vivir un parto de libro!


7 comentarios:

  1. Pero qué parto mas bonito, de verdad, es tal como dices, salvaje y respetado.
    Me ha encantado. Ojalá hubiera mas S en este mundo o al menos en las maternidades.
    Enhorabuena por tu saladito, por tu parto y tu bimaternidad, gracias por compartirlo. Un abrazo campeona, menudo hornada de 4,5kg!!!!

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    1. La verdad es que me entran ganas de llorar cuando lo recuerdo. A pesar del dolor lo recuerdo tan bonito...
      Y si, las maternidades deberían de contar con una plantilla llena de gente como S. para que toda mujer que pase por ellas se sienta respetada como persona y como madre. Que sienta que su parto es realmente suyo y no de los profesionales que la atienden.
      Aunque también es cierto que la experiencia es un grado. Esta vez he sido mucho más consciente del momento, lo que me ha permitido llevarlo mejor y disfrutarlo de forma diferente.
      Y bueno, muchas gracias a ti por leerlo, por estar ahí. Mil besos!

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  2. No hay mejor parto a mi entender, salvaje y respetado, así deben ser. Me recuerda un poco a mis dos partos, por suerte, los dos han sido un poco así, con sus diferencias, claro, pero salvajes, intensos y respetados. En el primero, me hicieron Hamilton y episotomía, pero sé que fue por mi bien y por el de Renacuajo y no me importó lo más mínimo.
    Me llama la atención lo rápido que fue todo, a qué hora nació al final Saladito? Si es que estos segundos tienen prisa por llegar! Qué dolor tan intenso, pero no te alegras ahora de no haber pedido epidural? De saber lo que es parir a un hijo con dolor? Yo deberé ser muy masoquista, pero es de las mejores sensaciones que he experimentado, es tan animal, te hace sentir tan poderosa, eres capaz de dar vida, de soportar un dolor extraordinario, de hacer respirar a una personita por sí misma....uff, aún se me ponen los pelos de punta!
    Respecto a Bollito, cada niño lleva su ritmo, deja a la pobre adaptarse, en un par de semanas, ya verás como ni se acuerda de que antes, no existía Saladito en su vida y lo verá como algo totalmente asumido y normal. Es un gran cambio para ellos también. Mucho ánimo y suerte con el fin de la paternidad!
    Deseando que nos cuentes cosas de ese pan de pueblo grandullón y tranquilo! Un abrazo grande

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    1. Vamos, con lo del "fin de la paternidad" me refiero al fin de la prestación de paternidad para Mr. Panadero!!! jajajaja! Que había sonado muy raro!! ;) Millones de besos!

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    2. A mí con bollito también me hicieron episotomía, pero estoy convencida de que no era necesario, simplemente aceleraba el proceso para dejar libre el paritorio en un momento de saturación. Y por donde me la hicieron es por donde se me hizo el desgarro...
      Si, la verdad es que fue todo rapidísimo, llegué al paritorio a las 22:00 y a las 00:30 ya tenía a saladito en mis brazos. Con dolor fuerte sólo en los últimos 15 minutos de dilatación y durante la media hora de expulsivo. La verdad es que sí que me alegro de no haber recurrido a la epidural, primero por la recuperación, que no tiene nada que ver y segundo por lo que dices, el poder sentir nuestra naturaleza animal hace que el recuerdo sea aún más bonito (sí, algo de masoquismo tiene que haber, jejeje). La verdad es que, salvo por algún momento de flaqueza, es una experiencia que te da tanto poder, tanta fuerza, que si no lo vives no sabes hasta donde eres capaz (con bollito me quedó cierta sensación de cobardía por haberla pedido, pero leches! Es que dolía muuuucho!! ;-p). A mi también se me ponen los pelos de punta al recordar...
      Respecto a bollito, ya va estando un poco más calmada. Si es que tiene mucho genio esta niña y se le junta todo, su carácter, que estamos con las rabietas a tope y la llegada del hermano. Y para colmo su padre se incorpora cuando más trabajo hay y llega más tarde a casa de lo normal. Demasiados cambios en muy poco tiempo para mi pequeña, que no los tolera demasiado bien. Y yo, pues bueno, no lo llevo mal! Con el segundo te organizas mejor porque ya se tienen tablas y Saladito la verdad es que, de momento, lo pone muy fácil. Es súper tranquilo y poco demandante. Prefiere dormirse solo en la cuna a dormir en brazos (y yo que pensaba que eso era una leyenda urbana!), todo lo contrario que su hermana, que aún tengo que tumbarme con ella hasta que se duerme.
      Umm, me ha gustado lo de Mr. Panadero, de aquí en adelante creo que me lo apropio y así llamaré a mi señor esposo.
      Un abrazo apretao!! Ya os iré contando cositas de este grandullón!

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  3. Ay, ojalá si logro tener un segundo hijo consiga un parto parecido... :'). Es esa espinita la que tengo clavada (pero no duele, eh? que a mi lo de tener a mi peque en brazos me compensa cualquier cesárea anterior).

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    1. Tener a nuestros peques con nosotras compensa todo lo pasado, pero si encima es con un parto tal y como lo habías imaginado la sensación que queda es de un epoderamiento increíble.
      No voy a engañar a nadie, es doloroso, muy doloroso (aunque para llegar a 3cm de dilatación con bollito me doliera mucho más que esta vez el llegar a dilatación completa), pero bajo mi punto de vista, merece la pena pasar por ello. Al menos en mi caso me hizo mucho más consciente de todo el proceso, tenía que controlar en todo momento lo que sentía y como lo sentía para así poder controlar el dolor, con bollito me quedé dormida nada mas hacer efecto la epidural y aunque está muy bien, tengo la sensación de haberme perdido algo (aunque solo sea dolor, jeje).
      Ya verás como sí, la próxima vez será un parto maravilloso. Piensa que no hay razones para que no sea así, el único motivo fue el de la posición de tu pequeña buda ;-p

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